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Reflexión de nuestro Consiliario Francisco Guerrero González ante el nuevo año.

2021

Aprovecho el compromiso de escribir un artículo todos los meses para pedir la bendición de Dios sobre cada uno de vosotros, en este año que comienza.

La primera lectura del libro de los Números, que se proclama el 1 de enero, nos recuerda la fórmula con la que Dios bendice a su Pueblo.

“El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti
y te conceda su favor.
El Señor te muestre tu rostro
y te conceda la paz”.

Hagamos también comunitaria la bendición para que descienda sobre nuestras familias y sobre nuestras Hermandades de la Oración del Huerto y San Isidro. Que a través nuestro el Señor bendiga el mundo que habitamos.

Ya sabemos que no hay mejor bendición que hacer buen uso de los recursos que Dios pone en nuestras manos. Os invito a tenerlo en cuenta a lo largo del año. Hagamos el bien y todo será bendecido. ¿Para qué queremos las bendiciones (personas, objetos sagrados, imágenes y lugares de culto)  si no las vamos a utilizar para hacer el bien?. Sería una contradicción, un sacrilegio.

El año comienza con la esperanza puesta en la vacuna contra la enfermedad COVID 19. Dios quiera y todo vaya volviendo a la normalidad …

Pero os invito a pensar en otras “enfermedades” que forman parte de nuestra vida cotidiana y siguen sin ser vencidas.  Éstas tienen necesidad urgente de vacunas que las neutralicen. Posiblemente muchas de ellas están ya en nuestras manos. Haced una lista y veréis cuantas salen: Rencor, odio, revanchismo, soberbia, violencia, dureza de corazón … paro, machismo, desprecio de la vida (trata de personas, eutanasia y abortos de niños no nacidos), malversación de recursos públicos, exclusión de los empobrecidos … Son ejemplos. Faltan muchas más. Son virus que siguen haciendo sufrir y morir a muchas personas. Y tenemos vacunas para vencerlos. ¿Queremos?.

Las bendiciones deseadas no se pueden quedar en formulismos protocolarios. Si no pasamos de los buenos deseos a la acción, servirán de muy poco.

Así que, ánimo. ¿Qué estoy, qué estamos dispuestos, a aportar para que las personas con las que trato cada día sean felices conmigo, con nosotros?.

Francisco Guerrero González

*Adjunto a este escrito un resumen de la Carta apostólica escrita por el papa Francisco con motivo del Año Santo dedicado a San José.