Volver a vernos con la piel llena de pasado, con los ojos cansados del ayer, pero llenos de ese brillo de esperanza. Volver a vernos despojados de los miedos, vestidos con valentía. Volver a vernos después de tanto, distintos pero con el amor intacto, como si el tiempo no hubiese pasado, como sino nos hubiésemos ido . . .
Ayer día 3 de octubre, las hermandades de San Isidro y el Huerto, realizaban conjuntamente una peregrinación hacia la ermita de la Virgen de la Encarnación en la localidad de Carrión de Calatrava.
Sin duda, un día que se recordará con el paso de los años, pues sirvió de reencuentro entre «viejos amigos» después de tanto pasado.
La peregrinación dio comienzo a las 8.30 de la mañana tras la oración que preparó para la ocasión nuestro consiliario D. Francisco Guerrero González. El tiempo acompañaba a primeras horas de la mañana, incluso lució el sol, y nos dispusimos a emprender la marcha.
El primer alto en el camino, tuvo lugar en torno a las 10.15 de la mañana, cuando ya había transcurrido algo más del primer tercio de la etapa. Los más de 70 peregrinos nos reagrupamos, y pudimos degustar un café con dulces caseros exquisitos, que el equipo de la organización había preparado para la ocasión.
Poco más de una hora más tarde, llegamos a la zona de los Baños del Hervidero, rehabilitados hace poco por el Ayuntamiento de Carrión de Calatrava, donde tuvimos la ocasión de sacar unas buenas instantáneas.
A las doce de la mañana, la «cabeza» de la peregrinación, llegaba a la ermita de la Virgen de la Encarnación, mientras que la cola, llegaba tan sólo unos minutos más tarde. Tras unos estiramientos, y un ligero avituallamiento, consistente en algo de fruta que nuestro buen «Caito» y su familia nos había preparado, nos dispusimos a entrar a la ermita.
Una vez dentro, y hasta la celebración de la Eucaristía programada para las 13.30, nuestro hermano D. José Antonio Arroyo Barco, dirigió un Santo Rosario.
Antes del comienzo de la homilía, nuestro Hermano Mayor en funciones D. David Alberto Casero Expósito, junto con nuestro Hermano Mayor Electo D. Eugenio Díaz Díaz, se dispusieron a hacer entrega de una ofrenda floral a la Virgen de la Encarnación, en nombre de los hermanos de las hermandades del Huerto y San Isidro.
Nuestro consiliario D. Francisco, recordaba durante su sermón, a los hermanos difuntos de ambas hermandades durante este tiempo de pandemia. Además, nos expresaba la tremenda alegría que sentía al volver a ver, que de nuevo, volvíamos a estar juntos celebrando una de las actividades que más nos ha caracterizado a sendas hermandades: ¡peregrinar!
Al termino de la misa, nos dispusimos a emprender nuestro camino de regreso a Ciudad Real, esta vez, utilizando el autobús que las hermandades pusieron a disposición de los hermanos.
Terminamos el día con una comida conjunta, a la que se sumaron los familiares de los peregrinos, la cual se demoró hasta bien entrada la tarde, entre risas, abrazos, ilusiones . . . y reencuentros.
«Mágico es el reencuentro con personas que ves en pocas ocasiones pero cada vez que las ves trae recuerdos hermosos»
Una vez más, agradecer a todo el equipo organizativo, a los que prepararon el camino, a los que se encargaron de toda la logística para los avituallamientos, a los que se ocuparon de concretar las reservas de autobuses y restaurantes, a los que llevan siempre las cuentas en orden, a nuestro consiliario por acompañarnos al «fin del mundo si hace falta» . . . ¡Mil gracias a todos!
Y como no, agradecer a todos nuestros peregrinos, siempre estáis ahí expectantes a que «organicemos la próxima», y no dudáis en llenar nuestras listas en cuanto que os lanzamos la propuesta. Así da gusto trabajar.
Nos vemos en la siguiente . . .