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Día de la Virgen

Con motivo del día de la Asunción de María, fiesta de Ntra Sra del Prado.
15.IX.2025


En la escena de la visita de María a su prima Isabel todo gira en torno a ella y a su Hijo. El protagonismo absoluto es de dos mujeres que van a ser madres. Pero la imagen de María brilla con unos rasgos más genuinos que muchos otros que le han sido añadidos a lo largo de los siglos a partir de advocaciones y títulos alejados de los evangelios.
María, «la madre de mi Señor»
Así lo proclama Isabel a gritos y llena del Espíritu Santo. Es cierto: para los seguidores de Jesús, María es antes que nada la Madre de nuestro Señor. De ahí arranca toda su grandeza. María y Jesús, en el Evangelio, son inseparables. «Bendecida por Dios entre todas las mujeres», ella nos ofrece a Jesús, «fruto bendito de su vientre».
Que nuestra devoción a María arranque siempre de Jesucristo y nos lleve a Él. Que asumamos la totalidad del mensaje de Jesús, y no nos quedemos solo con la parte que más nos conviene o menos nos exija.
María, la creyente
Isabel la declara dichosa porque «ha creído». María es grande no simplemente por su maternidad biológica, sino por haber acogido con fe la llamada de Dios a ser Madre del Salvador. Ha sabido escuchar a Dios; ha guardado su Palabra dentro de su corazón; la ha meditado; la ha puesto en práctica cumpliendo fielmente su vocación. María es Madre creyente.
Todo cristiano debería ser “madre” de Jesús y escuchar- guardar-meditar-cumplir la Palabra como María…
Pedimos por una ciudad abierta a la escucha de Dios. También a los medios y la personas que favorecen la convivencia y el bien común. El respeto y el cuidado de sus barrios…de quienes los habitan. Unas parroquias, asociaciones de vida apostólica y hermandades que sean “madre” de Jesús.
María, la evangelizadora
María ofrece a todos la salvación de Dios, que ha acogido en su propio Hijo. Esa es su gran misión y su servicio. Según el relato, María evangeliza no solo con sus gestos y palabras, sino porque allá a donde va lleva consigo la persona de Jesús y su Espíritu. Esto es lo esencial del acto evangelizador.
María, portadora de alegría y de esperanza
El saludo de María comunica la alegría que brota de su Hijo Jesús. Ella ha sido la primera en escuchar la invitación de Dios: «Alégrate… el Señor está contigo». Ahora, desde una actitud de servicio y de ayuda a quienes la necesitan, María irradia la Buena Noticia de Jesús, el Cristo, al que siempre lleva consigo. Ella es para la Iglesia el mejor modelo de una evangelización dichosa.
Ser cristiano es ser portador de buenas noticias ( evangelio ), así hemos de ser los creyentes transmisores de alegría y esperanza en un mundo tan cargado de tan malas noticias.
Que la Madre de Jesús nos acompañe en las tareas que el Señor nos encomienda. Que en cada una de las oraciones que la Iglesia ha recogido en el Rosario veamos el proyecto de Dios para una humanidad nueva, nacida de las entrañas maternas del Dios en quien creemos. Que seamos para los demás, a imitación de María, fortaleza, alegría, gracia, santidad, auxilio, esperanza, paz, refugio, consuelo, acogida…
Que La Virgen María, bajo su advocación de Ntra Sr del Prado, interceda por nosotros.
FELIZ DÍA DE LA VIRGEN

Francisco Guerrero González

Consiliario de la Hermandad de la Oración en el Huerto