Nadie causará daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país del conocimiento del Señor, como las aguas colman el mar.
Isaías 11,9
Cuando las celebraciones de la Navidad se desbordan en comidas, regalos y luces callejeras, nosotros, los cristianos seguimos empeñados en celebrar el nacimiento de un Niño. Bastaría con el recuerdo sencillo, sin más aditamentos, de ese acontecimiento en la noche simbólica de la Navidad, para estar celebrando una Navidad llena de vida y esperanza…

Esa noche acogemos el deseo de un futuro en paz añorado por la humanidad de todos los tiempos. Ese futuro anunciado por los profetas y asumido por el Niño nacido en Belén, a quien se le puso el nombre de Dios-con-nosotros.
Aquel día, nos ha recordado el profeta Isaías, Nadie causará daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país del conocimiento del Señor, como las aguas colman el mar.
Un día en el que triunfará definitivamente la revolución de la ternura, utilizando palabras del papa Francisco. Una revolución que marchará contracorriente, como todas las revoluciones:
El lobo se tumbará con el cordero, el niño meterá la mano en el escondite de la serpiente y ésta no le hará daño…
Isaías 11,6
Soñemos por un momento en que ya no se secuestrarán niños para adiestrarlos para la guerra en ningún país del mundo. Imaginemos que ese día ya no morirán más mujeres víctimas del desprecio y la violencia de muchos hombres. Que nadie tendrá que hacer cola en ninguna fila vergonzante para reponer la despensa de la casa, porque con los escasos ingresos económicos de los que dispone la familia no llegan a final de mes. Que no habrá ninguna persona que tenga que pasar la noche en la calle envuelto en cartones miserables. Soñemos por un momento que ningún enfermo se planteará la opción de una muerte asistida porque será cuidado con esmero y con las medidas necesarias en el proceso del final de su vida. Que los niños no serán un estorbo para nadie, y serán recibidos como un regalo del cielo. Que los parlamentos de las naciones serán un lugar de entendimiento y de trabajo en la consecución del bien común de los ciudadanos y de la justicia social … Soñemos que terminarán todas las guerras porque las únicas armas subvencionadas por los gobiernos de la tierra serán las que construyan la paz. Y los vecinos y las vecinas no nos miraremos como enemigos, sino como iguales, es decir, como hermanos …
Aquél día … Es nuestro día y es hoy.
Que la fuerza del Niño oriente nuestros pasos, nuestras luchas y esperanzas para adelantar el mundo que los profetas anunciaron desde antiguo y que Jesús vino a confirmar con su manera de tratar con Dios y con el prójimo. Jesús, Dios-con-nosotros, Príncipe de la paz.
Con mis mejores deseos: FELIZ NAVIDAD
Francisco Guerrero
21.XII.2022
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1º Premio Concurso de Fotografía Navideña de la Hermandad 2022

Felicitación Navideña del Grupo Joven de la Hermandad.

Felicitación Navideña del Equipo de Mayordomía.
Que el amor sea el ingrediente principal en esta Navidad.
Nuestros mejores deseos para todos vosotr@s