San Isidro Labrador 2023
Isidro es uno de los santos atípicos en el devocionario de la Iglesia. La historia nos
cuenta que fue la aclamación popular la que lo llevó a los altares. El hecho es que no es
un santo ilustre por su enseñanza o su doctrina; ni es maestro de espiritualidad, ni fue
apoyado por ninguna orden religiosa poderosa de su tiempo. Es el humilde trabajador,
por cuenta ajena, de la tierra que acabó por ser una referencia religiosa para la Corte de
Madrid y para la devoción de la Capital. Su fama prendió pronto en los pueblos de
España. El papa Juan XXIII, como sabemos, lo nombró patrono de los agricultores
españoles, en 1960. De san Isidro nos queda la referencia del hombre que trabaja y ora.
Es el campesino que prolonga su devoción a la eucaristía en el servicio y atención a los
pobres, por lo tanto una persona comprometida a su manera con el cuidado del bien
común. Recordemos el capítulo 25, 37-40, de San Mateo: “Señor, ¿cuándo te vimos
con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos
forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la
cárcel y fuimos a verte?”. Y Él les dirá: “En verdad os digo que cada vez que lo
hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”.
En la eucaristía de este año pedimos de manera especial, por el don de la lluvia.
Pedimos también para que el Señor nos conceda la sensibilidad y el buen acierto en el
cuidado del Planeta. Si fuera tan fácil pedir el don de la lluvia y que ésta inundara
nuestros campos inmediatamente…. Que injusto sería Dios si la concediera a unos y se
las negase a otros. Qué difícil entender los misterios de la naturaleza, aunque se sigan
dando pasos en su conocimiento. Y sin embargo los creyentes queremos atender las
indicaciones del Maestro: pedid y se os dará. Qué padre bueno va a dar a sus hijos
cosas malas?, dice Jesús. Pidamos que el Señor nos haga responsables del uso de los
bienes de la tierra, con el cuidado y defensa de la naturaleza. El Señor nos dé el
entendimiento de sabernos instrumentos, a través de los cuales Él actúa en el mundo.
Tu poder multiplica
la eficacia del hombre,
y crece cada día, entre sus manos,
la obra de tus manos.
Nos señalaste un trozo de la viña
y nos dijiste: «Venid y trabajad».
Nos mostraste una mesa vacía
y nos dijiste: «Llenadla de pan».
Nos presentaste un campo de batalla
y nos dijiste: «Construid la paz».
Nos sacaste al desierto con el alba
y nos dijiste: «Levantad la ciudad».
Pusiste una herramienta en nuestras manos
y nos dijiste: «Es tiempo de crear».
Escucha a mediodía el rumor del trabajo
con que el hombre se afana en tu heredad.
(Himno de la liturgia de las horas)
D. Francisco Guerrero González
Consiliario de la Hermandad