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EL AMOR HACE NUEVAS TODAS LAS COSAS

CUARESMA 2024

El Papa nos recuerda en su reflexión sobre la Cuaresma del presente año que: “A trasvés del desierto
Dios nos guía a la libertad”.
La Cuaresma nos indica el camino, pero, ¿Hacia qué libertad?. ¿Libres de qué y para qué?.
La Cuaresma nos habla de salida, de camino y de desierto. ¿Hacia dónde camino yo en mi vida?. ¿Hay
algún horizonte que tire de mi ?. ¿Qué dificultades tengo y qué impedimentos para llegar a donde
quiero ir?. ¿De qué me tengo que liberar? ¿Sé que voy por el camino correcto para ser más libre y
feliz?. Dicho de otra manera, y utilizando el lenguaje religioso de estos días de Cuaresma: ¿De qué
esclavitudes tengo que liberarme para hacer el paso de la muerte a la vida, es decir para volver al amor
primero?.
El marco de esta reflexión arranca de la experiencia del Éxodo del pueblo de Israel. Esta cercanía a la
liberación de Egipto de las manos del Faraón, nos invita a:
1º ESCUCHAR.
Como cada año se nos propone hacer la experiencia de salida hacia la tierra de la libertad. En las
parroquias, en los grupos, movimientos de vida apostólica, en las hermandades y asociaciones de
fieles, hacemos este camino, también, en comunidad. La Cuaresma, considerada como un ejercicio
espiritual, es un quehacer para el que no vamos solos. Si de escuchar la vida se trata, nos necesitamos
unos a otros para ver nuestra propia realidad.
La Cuaresma es tiempo de mirada y escucha. Como Dios hizo con su pueblo: He visto la opresión, he
escuchado el clamor de mis hijos. ¿Nos llega a nosotros el clamor de los hermanos? ¿Nos duele la
situación por la que pasan muchos de ellos?. ¿ Quién es hoy el Faraón, o faraones, que nos hacen
esclavos de esta forma de vida que genera enfrentamiento y exclusión, individualismo y ceguera ante
las necesidades del prójimo?. Hay que volver permanentemente sobre la parábola del buen
samaritano…
2º DISCERNIR
La Palabra de Dios nos ayuda a enjuiciar las realidades que estamos llamados a descubrir y
transformar, en este tiempo de gracia. Juzgar mi propia realidad, ¿Qué me esclaviza?. Y la realidad del
mundo del que formamos parte ¿Qué esclaviza a nuestros hermanos?. Sin escucha no puede haber
juicio. Pero tampoco nos podemos quedar en la sola contemplación. Por eso la Cuaresma nos invita a
oír la propuesta que el Señor nos hace a la conversión. “Ojala escuchéis hoy la voz del Señor, no
endurezcáis vuestro corazón”. Salmo 94.
El Señor nos acompaña en la tarea. El evangelio de cada domingo nos lleva de la mano, si le dejamos
hacer. La Palabra irá iluminando nuestro camino.
3º LUCHA

Este tiempo es un tiempo de lucha. No es bueno servir a dos señores…Mt 6,24. La libertad tiene su
precio. Esto implica el sacrificio de tener que abandonar la senda que nos aparta del amor y de la vida,
para pasar por ella, como Jesús, haciendo el bien. De ahí que la Cuaresma sea también un tiempo para
la acción. Tenemos las prácticas tradiciones que encierran en sí mismas un cambio de rumbo: Oración,
ayuno y limosna. Qué bueno que esta Cuaresma llenásemos de sentido estas prácticas. Ciertamente son
acciones que llevamos a cabo en nuestra vida ordinaria de fe. La llamada para la presente Cuaresma
podría ser el redescubrimiento de su significado para nuestra vida personal y comunitaria. Las
prácticas extraordinarias de la Cuaresma nos ayudan a superar las rutinas en las que nos instalamos,
haciendo de nuestra vida una existencia sin alma ( necesidad de la oración ). Huir del ayuno forzoso,
no elegido, para superar individualismos y consumismos desmedidos, materiales y espirituales.
“Limosna”, o ejercicio de la caridad y lucha por la justicia, para no caer en la indiferencia ante las
necesidades del pequeño y gran mundo que habitamos. En fin, que las prácticas cuaresmales:
Ejercicios, retiros, momentos de oración, extraordinarios, encuentros de oración con la Palabra, Vía
crucis…nos ayuden a liberar el amor que hace nuevas todas las cosas, empezando por las más
pequeñas y cercanas.

Francisco Guerrero González

Consiliario de la Hermandad